Mandarinos en China: Martes 19 de Octubre, nos encanta Shanghai

Nos encanta Shanghai, es una ciudad increible...

Así que hoy seguimos en Shanghai, y como hacía buen dia decidimos irnos al Pudong a ver si subiamos a algún rascacielos, para poder contemplar la ciudad desde arriba.

Nos fuimos andando hasta el Bund, y de camino nos encontramos con Esther y Alfonso. Que en una ciudad de 18 millones de habitantes te encuentres con alguien conocido es más que casualidad... de chachara un rato, intercambio de impresiones y cada uno por nuestro lado.

La noche anterior, Alex nos termino de convencer y decidimos pasar por el tunel debajo del rio. Cuesta 45 yuanes, te subes en una cabina, y empieza un "espectáculo" de luces y colores al estilo chino, que la verdad es muy hortera. Junto con el billete vendían la opción de subir a la Torre Jin Mao por 110 yuanes, que al final fue la que cogimos. Es un edificio de unos 480 metros. Subes hasta 430 metros de altura en un ascensor que va a una velocidad de 9 m/s, es tal la velocidad que se te taponan los oidos y te duele la cabeza. Las vistas desde arriba son espectaculares, a pesar de la niebla que casí siempre cubre la ciudad. Desde la planta 88, se observa el atrio del hotel Grand Hyatt situado en la planta 53.

Al adquirir la entrada, nos dieron dos tickets para cambiarlos por una perla por persona. Nosotros pensabamos que eso tendría truco, y nos daba un poco de cosa, pero la verdad es que la chica abrió delante nuestro dos ostras y nos dio las dos perlas. Por supuesto que luego intento que comprasemos un colgante, pero con decirle que no, fue suficiente, así que nos fuimos muy contentos con nuestras perlas de oriente.

Bajamos de la Torre Jin Mao y nos fuimos a hacer unas compras en un mercado de Shanghai que nos había recomendado Elena, 580 West Nanjing Road. Dicen que las copias aquí son de mejor calidad que en Beijing. De momento no sabemos, pero si que las cosas tenían buena pinta. Así que empezaba otra vez, el juego del regateo. Primero empezamos, pero mal, ya que solo sacamos la ropa interior a 2€, todavía somos blandos. Luego le apretamos más a la siguiente, las camisetas, chaquetas de punto y polos a 6€, pero de una calidad bastante maja, dos pashminas y una cartera por 12€ Y luego para acabar las compras de hoy, dos bolsos tipo Custo por 9€ cada. Quizás lo pagamos caro, pero la tia del puesto ni nos hablaba y nos decía tu tacano (tacaño).

Volvimos al hostal a ducharnos porque estábamos muy sudados. La temperatura en Shanghai ha sido estos dias de unos 24 grados, pero con mucha humedad. Es cierto que no meas, todo lo sudas... y mira, mejor, porque los baños a veces...

Teníamos dudas de si acercarnos a la Expo. Es una pena estar aqui y no ir, pero lo valoramos, y al final decidimos que lo mejor sería no ir. Solo hubieramos tenido tiempo para ir por la tarde, de 4 a 10.30, pero con la cantidad de colas que se están formando, solo hubieramos podido ir al pabellón de España, donde no haces cola, y poco más. Y la verdad, para quedarte con la sensacion de "he estado, pero no", pues, como que no.

Tampoco hemos podido ir al Kuluxka, Joanet. Está bastante apartado, y es que en este viaje se nos están quedando tantas cosas en el tintero... Será que nos entretemos mucho por las calles, pero es que lo que mas nos gusta es pasear por callejuelas, observar a la gente en sus vidas diarias, hablar con ellos (aunque en este viaje eso esta siendo complicado), ver tiendas de barrio... cosas de esas. Que le vamos a hacer! Necesitariamos un mes en cada ciudad, y seguro que no nos quedabamos satisfechos...

Salimos a ver el Pudong de noche, iluminado, y la verdad que es una pasada. El skyline de Hong Kong es una pasada, pero este no se le queda muy atrás. La brisa del río además hace que el paseito sea muy agradable, pero lo malo es que estaba taaaaaaaaaaaaan lleno de gente, que casi tenias que hacer cola para sacar una foto.

Nos fuimos hacia Nanjing Road a ver si veiamos algún sitio que nos llamara para cenar, pero con nuestros horarios europeos, no vimos nada que no fuese occidental. Así que optamos por cenar en un Pizza Hut. Cuando probamos la comida nos dimos cuenta de que la echábamos de menos, jejejeje. A veces te apetece comer algo que sabes cómo va a saber.

Y nada más. Nos fuimos a dormir tras el paseito de rigor, muy contentos con esta ciudad.