miércoles, 6 de octubre de 2010

Shanghai, 18 de Octubre.

Lo primero que teniamos que hacer era solucionar el traslado a Beijing.
Este trayecto lo queríamos hacer en tren nocturno, y no lo habíamos reservado desde casa, así que fuimos a ver si había billetes. Sospechábamos que sería dificil, porque nos lo habian avisado, por el tema de la Expo.
Efectivamente, nos encontramos sin billetes para la noche del 20, que era lo que queríamos. Nos ofrecian viajar el 21 por la mañana, pero lo descartamos, porque nos suponía perder un día casi entero en el tren y disfrutar de uno menos en Beijing.
Así que nos fuimos al hostal a buscar por internet un vuelo. Encontramos uno que salía a las 18,30 de Shanghai y llegaba a las 21,00 a Beijing. Hablamos con el hostal de Beijing para ver si podían reservarnos una noche más de hostal, que nos hacía falta con el cambio de planes. No había problema, así que lo reservamos y nos despreocupamos, que teníamos mucho para ver en Shanghai y muy poco tiempo.
Nos dirigimos a ver los jardines y el bazar de Yuyuan. Por el camino atravesamos varias calles muy autenticas, en las cuales vendian pescado, gambas, cangrejos, patos... todo vivo, verduras y frutas muy curiosas, etc. No nos dejaban sacar fotos, nos chillaban, pero nosotros hacíamos que posábamos, apuntábamos a otro lado, y algo sacamos.
El bazar estaba lleno de tiendas y comerciantes que te asaltan y te ofrecen de todo. Siempre "good price for you, amigo". Te cazan el idioma al vuelo, y te empiezan a decir en castellano: "lelojes, bolsos, amigo, balato..."
Es muy divertido, así que entramos en una tienda de camisetas dispuestos a echarnos unas risas regateando.
Nos gustó una camiseta con un gato, y al final compramos tres, jejeje. La chinita que nos pedía 900 yuanes por las tres (90 euros), así que empezamos a reirnos y a decirle: "tu estas loca". Ella, al momento en plan "no, no loca, tu tacano. Tu cuanto, tu cuanto?" Te tronchas con ellas. Haces que te vas, que no te interesa, y te van a buscar, te cogen del brazo...
Al final las sacamos por 90 yuanes. La décima parte, así que no esta mal.
En el momento en que cierras el precio, son encantadoras. Es todo un juego, un teatrillo. Al final le coges el gusto.
Dimos una vuelta por el bazar, que esta lleno de puestos de comida, y entramos en los jardines. 40 yuanes la entrada, pero valen la pena.
Es algo parecido a los jardines japoneses, con bonsais, estanques llenos de carpas, banquitos, etc. Un oasis de calma en medio de la ciudad.
Comimos algo de picoteo en los puestecillos y nos dirigimos al Bund. Todo esto andando, que es como más se disfruta. Las plantillas de Hong Kong han sido la salvación. Gracias, Ocean!!!
El Bund es como el Malecón de la ciudad. Dimos un agradable paseo al lado del río, disfrutando de las vistas del Bund, lleno de edificios en plan neoyorkino años 30, y del moderno Pudong, donde están los inmensos rascacielos que componen otro de los skylines más espectaculares del mundo. Guapísimo el paseo.
Volvimos hacia el hostal, que no lo hemos dicho, pero está super bien situado, con una habitacion bastante grande y un colchón comodísimo, dando una vuelta por Nanjing Road, una calle llena de tiendas y restaurantes, con mucho ambiente.
Nos duchamos y nos adecentamos un poco, que habíamos quedado con Alex y Elena para cenar y ver su casita china. ¡Que ilusion!
Chicos, nunca podremos agradeceros bastante lo bien que nos tratasteis, sin conocernos de nada nos abristreis la puerta de vuestra casa. Bueno, igual os podemos mandar unas latas de boquerones, jajajaja
Nos encontramos en la Plaza del Pueblo y fuimos andando hasta su casa, donde nos tomamos unas cervezas mientras llegaba la hora de ir a cenar. Nos contaban muchas anecdotas y curiosidades sobre los chinos, como aquella en la que nos explicaban que hay algunos chinos que se autodenominan "bananas". ¿sabeis por que?
Porque son amarillos por fuera y blancos por dentro, jajajajajajaja, que hartón de reir. Se refieren a los chinos que han estudiado fuera y nio se comportan como tales, sino como occidentales.
Tambien nos contaron que los compañeros Alex alucinaron cuando les explico que nos habia conocido el dia anterior y que ibamos a ir a su casa. Para ellos, la amistad es algo mas dificil de conseguir, mas largo en el tiempo.
Nos gustó mogollón que nos contaran todas estas cosas. Y aprendimos cómo llamar a los camareros: Hu-li-an. ¡Que risas! Les llamas Julián y te vienen todos, jajajaja.
El sitio que Elena habia reservado para cenar fue otra pasada. Un sitio que no hubieramos encontrado nunca yendo solos, porque estaba en el primer piso de un bloque de edificios. Y cenamos de lujo. 5 platos diferentes y deliciosos... Con deciros que hasta comimos jamón!!! Falso, seguro, como todo aqui, pero bastante logrado, jijijjiji.
Pasamos una noche genial. Nos sacamos unas fotos e intercambiamos mails, esperando mantener el contacto. Además, si podemos publicar posts, es porque ellos nos mandaron un programilla que esquiva las barreras que pone este pais en cuanto al acceso a Internet. Gracias por todo, chicos!
Y nada, vuelta al hostal, andando para no variar. Muy felices por todo lo que estamos vivendo.
El pescado esta vivo cuando lo compras
Bazar de Yuyuan

Jardines de Yuyuan, preciosos...

Vista del Pudong desde el Bund

Cena con Ele y Alex, fue muy buen momento


                                                                                                                                        

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